LUNA / GABRIEL / MIGUEL / DOMINGO / ANA / CARLA / RENATO
L:
Brazos muertos. Caídos sin combatir. Engañados químicamente. Resultados de un plan de control. Sostener cuerpos de brazos muertos sin energía. Vacíos de tensión en sus puños. Cansancio. Aburrimiento. Desconcentración de fórmulas. Nervios sedados, adormecidos dulcemente con un mensaje prometedor.
G:
La felicidad la tienes delante de tus narices. Qué estás esperando?
M:
No veo el horizonte, o no miro. Temo por mi vida, cierro los ojos, me olvido, se esfuman todos. Yo veo sus dientes. Siempre presentes. No son blancos resplandecientes como me quieren hacer creer. Hace rato que pasamos la temporada de marfil…
D:
Mentira!
G:
Bah… una más… una menos… ya no tiene valor esa palabra.
A:
No veo el horizonte pero veo un camino. Miro hacia atrás y ya no es más atrás. Ahora es eso que nunca existió. Una y otra vez, eso nunca existió. Un sueño recurrente me dijeron. Las personas ciegas sueñan. Aquellos que se quedaron sin vista como yo, saben de lo que hablo.
C:
Y la gente que nace ciega?
A:
También sueña aunque no vea imágenes. Sus sueños son igual de vividos e involucran más a sus otros sentidos como olor, el tacto o el sonido. Es difícil para una persona que puede ver, imaginar esto.
M:
Basta! Susurrame a dónde vas, susurrame a dónde vamos, susúrrame una mentira que te crea, susúrrame algo insignificante, un poco de aire, un charco de lluvia, una caída, una mancha de esas que no salen nunca más, un virus, una enfermedad terminal.
G:
Esto es un simulacro, no estamos en los noventa!
M:
Los qué?
G:
Nada, nada.
R:
Mataría por ser cualquiera de ellos. Sobrevivir. Ser invisible o todos a la vez. Mañana va a estar mejor. Que me devuelvan esa risa mientras ellos comen su propia mierda. Un poco de justicia nomás. Estoy esperando ese momento.
D:
No hay nadie en el mundo. Ni diagonales, ni cicatrices, nada. El olor se transforma en una brisa de verano que quema sus cadáveres en una línea vertical. No hay nadie y sueño que esto es mío, todo mío. (ríe)
L:
(contagiándose la risa) Últimamente sueño con ese sol que no veo. Que juega con las sombras de los banderines de colores. Con ese patio mezcla de hierros, azulejos y ciruelas verdes. Colores desvaídos que me dan una curiosidad bárbara de saber. Luego el miedo se come al resto y ya está.
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